El objetivo era poner voz e imagen al manifiesto de las asociaciones memorialistas a favor del derribo de los Caídos, “la única solución que consigue respetar la memoria de nuestras familias y los principios de verdad, justicia y reparación”. Con esa intención, el director de escena Ángel Sagüés quiso “conectar desde la sencillez con su idea. Sin grandilocuencias porque se trata de leer el manifiesto. Lo demás es adorno”, decía este jueves poco antes de que el monumento Navarra a sus muertos en la Cruzada se colara en la plaza Consistorial.

Por allí aparecieron Gerva –Manolo, vecino de Ororbia– y Floren –Txomin, de Etxauri–, dos niños entrados en años que cargaban un regalo del “tío facha” del primero. Un rompecabezas que fue tomando forma y se convirtió en lo que se convirtió. “¿Pero esto qué es? ¿Y si lo ponemos boca abajo? ¿Un monumento? ¿Qué es eso? ¿Para qué sirve?”, se preguntaban.

La escena se entrelazaba con la guitarra de El gran Richardson y las canciones de Mikel Laboa. También con el manifiesto íntegro que leían Andrea Sem y Naiara Azpilkueta en castellano y euskera. Y después de algún golpe y discusión sobre si la santa cruzada estaba bien o crucificaba, o a propósito de quién iba a arder en el infierno, si uno de ellos, el abuelo rojo de Floren o el tío facha de Gerva, los pequeños llegaron a una conclusión. “Voy a quemar el rompecabezas. Porque me da la gana y además es muy feo”. De manera simbólica con el rojo de los focos, el edificio ardió, el público aplaudió y la función tocó a su fin con un abrazo y el Txoria txori.

Los Caídos ‘arde’ en la plaza Consistorial

Para el director Sagüés, el “principal fundamento” para apoyar la causa del derribo es “estético y de solidaridad. De solidaridad porque si las asociaciones memorialistas dicen que hay que tirarlo, ¿quién soy yo para decir que no? Ellas son las que están en el ajo y son conscientes de cómo está sufriendo la gente que este monumento esté ahí... y dices, ‘claro, a por ello’. Y estética porque creo que la gente que ha sufrido esa presencia tantos años se merece esa otra imagen, la de eso cayendo. Un resarcimiento casi de justicia histórica y poética”, dijo.

Recogida de firmas

Las asociaciones memorialistas habilitaron ayer una mesa para recoger firmas de adhesión a su manifiesto. Campaña que ya había recibido previamente más de 1.000 apoyos –al margen de las casi 600 familiares de personas asesinadas y represaliadas– y para la que ofrecen eraitsicomunicacion@gmail.com, correo para mandar nombre, dos apellidos y ocupación. Además “a pesar de que no hemos tenido una gran campaña de difusión, desde asociaciones memorialistas de Catalunya, León, Asturias o Valencia están mostrando su solidaridad y apoyo al derribo. Es una muestra del interés y de la importancia del tema que estamos tratando”, expresaron desde la plataforma.