José Domingo Ampuero cumple 14 años al frente de Viscofan. Lo hace tras convertirse en presidente no ejecutivo hace unos meses, una decisión que le ha liberado de algunas responsabilidades y que permite a la empresa cumplir con las recomendaciones de buen gobierno, al separar la gestión de la supervisión. 

El directivo bilbaíno no ha perdido sin embargo el pulso de una compañía que, bajo su responsabilidad, ha pasado de 3.800 a 5.300 trabajadores y que, además, ha recompensado con creces a sus accionistas. “Aquellos que compraran acciones a finales de 2009 habrían recuperado ya, solo con los dividendos, todo lo invertido”, explicó. En estos 14 años, los títulos han multiplicado por tres su valor y han pasado de 19 a casi 60 euros.

Ampuero tampoco ha perdido el tono crítico con la fiscalidad de Navarra, una de las más exigentes con las rentas elevadas. Y, aunque niega que la empresa haya debatido un posible cambio de sede hacia Madrid, advierte de las consecuencias de mantener tipos altos los sueldos más cuantiosos.  

Te puede interesar:

“Nosotros tenemos una holding que puede viajar a cualquier sitio del mundo, pero no hemos comprado billetes para ningún lado. En el impuesto de Sociedades, además, Navarra está más o menos en la media. No ayuda mucho, pero tampoco castiga. Otra cosa es el IRPF, que es una catástrofe y hace ni Blas venga a Navarra a trabajar. Está castigando e impidiendo que venga talento”. 

El presidente de Viscofan, quien recuerda que el hidrógeno verde aún no es competitivo, reclama asimismo agilidad a los gobiernos a la hora de tramitar permisos e inversiones y es relativamente optimista en un año que en todo caso se prevé agitado, con una guerra a las puertas de Europa y el conflicto en Oriente Medio caldeándose. “Esperamos que en la segunda mitad del año vuelva el crecimiento. Ya no valen excusas. Si no se crece es que hay algo de fondo”, señala.