El Ayuntamiento de Pamplona estudia destinar plazas de rotación de los aparcamientos subterráneos ubicados en el Ensanche a uso exclusivo de residentes del barrio. “Es un problema muy potente y nos parece importantísimo hacer un esfuerzo en intentar aprovechar las infraestructuras existentes antes de empezar a excavar de nuevo la ciudad”, anunció el concejal de Geroa Bai, Mikel Armendáriz, durante el foro de barrio que se celebró ayer.

Los parkings subterráneos del Ensanche y alrededores –Carlos III, Plaza Blanca de Navarra, Estación de Autobuses, Baluarte o Plaza de Toros– destinan centenares de plazas a rotación. El aparcamiento de Carlos III, que va desde la Plaza Merindades hasta la calle Gorriti, tiene 289 plazas de rotación, 404 para residentes y la lista de espera asciende a 161 personas. El parking de Plaza Blanca de Navarra cuenta con 240 plazas, reserva 70 para residentes y hay 24 personas en lista de espera. 

En el Ensanche, debido a que solo el 16% de los vecinos dispone de una plaza de garaje en su vivienda, existen hasta cinco parkings exclusivos para residentes –avenida Roncesvalles con Carlos III, calle Olite , Plaza de la Libertad, El Vínculo y González Tablas– que tienen 2.344 plazas de estacionamiento. Todas ellas están ocupadas y la lista de espera vuelve a superar el centenar de personas. 

La situación es igual de complicada en superficie: 4.325 tarjetas de residente y 3.250 plazas de estacionamiento en superficie. Es decir, al menos 1.075 vecinos del Ensanche –la cifra es más elevada porque los comerciantes y los ciudadanos también ocupan centenares de huecos de la zona azul– no pueden estacionar sus vehículos aunque paguen por ello.

El presidente de la Asociación de Vecinos del Ensanche, Juan Catalán, alertó de que el problema se agravará debido a la reforma de edificios y la construcción de Salesianos y Maristas: “A corto plazo, tendremos unas 600-700 tarjetas de residentes más”.

Además, recordó que el PEAU del Ensanche, tal y como está redactado actualmente, prevé peatonalizar calles y eliminar unas 1.000 plazas de estacionamiento en superficie.

“En tres años, por cada dos plazas tendremos cinco vehículos con tarjeta de residente. O se hace algo o vamos a sufrir un problema muy grave. Debemos buscar soluciones”, insistió Catalán. 

Durante el foro, los asistentes detallaron las complicaciones que cada noche tienen para aparcar. “Me pego 50 minutos dando vueltas. Es un problema muy grave que tengamos que dedicar una hora de nuestra vida a buscar un sitio donde aparcar. No cogemos el coche por capricho sino para ir a trabajar”, se quejó un vecino.

Como solución, propusieron más sitios exclusivos para aparcar en superficie o ampliar el horario en el que solo los residentes pueden estacionar en las zonas verdes y rojas.

En la actualidad, estos lugares son de rotación de lunes a viernes de 9.00 a 14.00 horas y de 16.00 a 20.00 horas y los sábados hasta el mediodía. “A mí los horarios actuales no me sirven de nada”, lamentó otra vecina.

Además, exigieron al Ayuntamiento que señalizara mejor estos lugares “porque la gente que viene de fuera no sabe lo que significan los colores y aparca”. Estos vecinos pidieron al Consistorio que pusiera carteles más grandes y que en el suelo pintara que en ese espacio solo pueden estacionar los residentes. “Los colores no están cumpliendo con su función”, subrayaron.