¿Qué es la cultura? Cuesta hacer una definición exacta de la palabra, porque la cultura está en todo lo que nos rodea. Es la transmisión de lo que ocurre en la propia existencia, la expresión de nuestra vida cotidiana, en definitiva, es algo personal y genérico a la vez.

Cuesta definir qué es el arte, pero resulta que vivimos rodeados de él. Todos y todas a lo largo de nuestra vida hemos podido leer un libro, ver una película, escuchar una canción, decorar la habitación de una casa, bailar, cantar, emocionarnos con una obra de teatro… y toda esa vivencia siempre es compartida, con amigos, amigas o familiares. Esta es la mayor muestra de que, aunque no lo creamos, todos y todas formamos parte de la cultura, y la cultura siempre está ahí, sobre todo cuando más la necesitamos.

Son miles de profesionales los que hacen que la cultura sea posible, su incansable dedicación y sacrificio mueve el mundo. Pero la mayoría de ellos seguro que han tenido que hacer frente a la gran pregunta, “¿Eso que estudias ya tiene salidas?”. Y es que, a pesar de vivir rodeados de cultura, el reto sigue siendo su puesta en valor, asumir que la cultura es un bien esencial en nuestra sociedad.

Y por eso corresponde animar a la formación. La mejor manera de poner en valor la cultura es garantizar que tenga futuro, que las nuevas generaciones vean en la creación una manera de desarrollarse personal y profesionalmente. La cultura sin la educación no es posible. Son caminos coexistentes en los que se deben generar entornos educativos que favorezcan el entendimiento y el vínculo con la cultura y que permita la formación para dotar de profesionales preparados a todo el amplio sector técnico, creativo y de investigación que la cultura puede ofrecer.

Las administraciones y los representantes públicos tenemos una responsabilidad mayúscula en este sentido. La puesta en valor pasa por políticas públicas comprometidas y que le den el peso que merece. No se trata de un solo indicador de un solo porcentaje, se trata de una visión global de qué políticas se quieren implementar y cómo se planifica a corto, medio y largo plazo. No podemos simplificar la cultura a un solo dato, ni a un solo titular, porque la cultura va mucho más allá, y por suerte es mucho más transversal.

En la actualidad, llevamos cinco ejercicios presupuestarios en Navarra con un presupuesto en cultura que se incrementa, a pesar de tener en medio una pandemia y una guerra a las puertas de Europa. Y es que a la cultura no le da igual quién gobierna. No es la misma respuesta que dan unos y otros, y a los hechos me remito. Este Gobierno planifica, coordina, vertebra el territorio teniendo a la cultura como agente principal, un gobierno que sí cree en su valor.

Pero hay retos más allá del presupuestario; la dignificación de los y las profesionales de la cultura, la adaptación a las nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial sin perjudicar a la creación artesanal, los derechos de autor, la oportunidad creativa, la formación y, de nuevo, continuar con la puesta en valor.

El futuro sin olvidar el presente, seguir favoreciendo una cultura accesible e inclusiva, que cuide del medio ambiente, que vertebre el territorio y dinamice nuestras localidades. El Bibliobus, por ejemplo, es una muestra innovadora de cómo la cultura es un servicio esencial, y si se cree en ella se logran grandes avances y oportunidades. Estos proyectos, de los que nos tenemos que mostrar orgullosos, son grandes pasos de la puesta en valor de una cultura que es pasado, presente y futuro, y que por eso se debe recordar todos los días, no solo cuando se llena un estadio o se gana un Goya, que también.

Son nuestras localidades las que en muchas ocasiones ponen de relieve la amplia riqueza cultural que tenemos en nuestra tierra. El corazón de nuestras tradiciones y procesos creativos nacen de grupos y asociaciones locales, amateurs, profesionales, municipales, a quienes debemos seguir apoyando y acompañando.

Al personal de la cultura, gracias, a quienes cuidan de la cultura, gracias, a quienes creen en la cultura, gracias, y a quienes aún piensan que es algo que no va con ellos y ellas, les animo a recordar esa canción, ese libro, esa serie, ese momento que les ha marcado en la vida.

Como dijo la ensayista y filósofa, María Zambrano, “la cultura es el despertar del hombre”. Despertemos y defendamos la cultura como algo esencial, sigamos valorándola como se merece.

Porque, al fin y al cabo, todos y todas somos cultura.

El autor es portavoz Cultura PSN-PSOE en el Parlamento de Navarra