Vistió “tres máscaras primigenias” en “tres momentos de su vida”. En esta idea se apoyó la dramaturga María Folguera para crear  Picasso (rey, monstruo, payaso), espectáculo de circo, comedia del arte y teatro de Rhum y Cia que acogerá el Gayarre el próximo sábado, 11 de mayo (20.00 horas). El veterano Jordi Martínez da vida al artista en este montaje en el que son fundamentales el texto, la gestualidad, la música, el vestuario y la iluminación.

Dirigida por Joan Arqué, que también sube a las tablas, esta propuesta comenzó su gestación en 2022 para estrenarse en 2023 con motivo de los 50 años del fallecimiento del creador del Guernica. Una compañía de payasos llega inesperadamente a la fiesta de celebración del aniversario. Y, con ellos, Ramón Gómez de la Serna, poeta, cronista de circo y viejo amigo del pintor, que vive un perpetuo homenaje tras su muerte. A Ramón le gustan los misterios. ¿Qué oculta Picasso tras la máscara de Arlequín? ¿Por qué soñaba con Minotauros? ¿Era un truhán o era un señor? Los asistentes sorpresa convocarán a un laberinto de amigos, mujeres y leyendas que hicieron de Picasso un mito. 

A través de este recurso metateatral del retablo cervantino, María Folguera nos presenta a tres Picassos. A la autora le interesa sobre todo “la habilidad” que tuvo a la hora de “construir su personaje público”. “Fue muy fotografiado en su vida privada y siempre mezcló lo íntimo y biográfico con lo creativo y artístico”, apunta. En este sentido, a través de distintas lecturas con elementos coincidentes, llegó a dar con el dispositivo de los tres Picassos.

Del arlequín al rey Midas

El primero es el payaso y corresponde a su etapa de juventud, “que es cuando más pinta el arlequín”. “Está muy presente en ese momento de su vida porque, de alguna manera, se identifica con ese personaje marginal, con el mundo del circo, de la otredad, de lo exótico, pero también de lo melancólico y de lo bueno”.

Su segunda máscara, la del monstruo, tiene relación con su “obsesión” por la figura del minotauro en el período de entreguerras. “Perdió muchos amigos en la primera gran guerra, luego llegó la guerra de España y, poco después, la segunda guerra mundial; los cuadros de esa época contienen mucha violencia”, continúa Folguera. Y subraya que también en esos momentos Picasso “se sentía culpable por su relación con Marie-Thérèse (Walter) –que conoció al artista cuando apenas tenía 17 años– y por el vínculo tortuoso con su mujer, Olga Jojlova, y una paternidad que le aburría”. 

Y ya su tercer antifaz se lo pone cuando se ha convertido en un artista que transforma en oro todo lo que toca. Incluso servilletas con su firma. “Es el rey Midas”, dice la autora. “Conoció el éxito desde muy joven, pero, ya en la vejez, le llevó a la riqueza y, a la vez, al aislamiento”. Y es que, en las etapas anteriores, “había mucho más intercambio con otros artistas”, pero, al final, “permanecía aislado como un auténtico rey Midas”, añade.

Otras perspectivas. Revisión cultural 

Para este planteamiento, la compañía Rhum y Cia “era perfecta”, ya que tienen “conocimientos de tantas técnicas teatrales”, desde el circo al teatro, pasando por la comedia del arte, entre otras.

Consciente de que Pablo Picasso es una figura rodeada de controversia, María Folguera no solo no la ha evitado, sino que “la revisamos de otra manera, ampliando el foco”. “Durante mucho tiempo, se ha visto con complicidad ese personaje del genio canalla y bohemio con muchas mujeres que formaban una especie de harén y dependían de él en lo afectivo y en lo material”. Y, como es lógico, “incluir más voces que permiten hacer otras conexiones facilita una revisión cultural de esta y también de otras figuras”, señala Folguera. Un ejercicio que, en su opinión, era necesario por la influencia que el malagueño ha tenido, y sigue teniendo, en creadores de etapas posteriores que han “querido encarnarle”. Son los casos, por ejemplo, de “Joaquín Sabina y Julio Iglesias”, que se han retratado con la icónica camiseta a rayas.

En cualquier caso, Picasso sigue de actualidad “y continúa generando beneficios económicos, controversia, bibliografía...” Es decir, “sigue siendo el rey”. Por eso emplear una compañía de estas características era “la mejor manera” de contar esta historia. “El payaso trabaja desde tiempos ancestrales desde el fracaso de una masculinidad que intenta hacer las cosas muy bien, pero no lo consigue”, comenta la dramaturga. “Una compañía de payasos puede abordarla con humor, con distanciamiento, con inteligencia y con una capacidad de destrucción muy sana en el escenario”, sigue. 

En este punto, Folguera destaca la labor que realiza Jordi Martínez, “un actor asombroso, inteligentísimo”, que la impresionó desde los primeros ensayos. “Jordi ha sabido llevar a escena toda su paleta de colores. Resalta esa cólera de Picasso, pero también esa ternura; ese carácter infantil y ese mal genio; esa capacidad para seducir a todo su entorno, para llevar siempre con él un sentido de la fiesta, pero a la vez para destruir”. Y no solo ensalza el trabajo de Martínez, sino de todo el elenco y el equipo técnico, “por su enorme talento”, desde el apartado actoral al musical. Y de la dirección, claro, que por primera vez ejerce Joan Arqué, que al mismo tiempo da vida a Ramón Gómez de la Serna.

El amigo y guía. Gómez de la Serna

Además de amigo de Picasso, este escritor “se autodenominaba cronista de circo”, así que a la autora le pareció muy oportuno usarle como guía del viaje que la compañía realiza por la vida del artista. Casi como en el artículo que el inventor de las greguerías escribió sobre la restauración de la estatua de Carlos V, a la que despojaron de su armadura para llevarla a cabo, “nos ofrece una mirada que desnuda al emperador, al rey Midas en este caso”.

Otra escena del montaje. David Ruano